El estrés, el trabajo y las muchas cosas que requieren nuestra atención a diario crean tensión en el cuerpo; lo que puede dar lugar a dolores crónicos u otro tipo de malestar. El ejercicio es una excelente manera de liberar la tensión acumulada. El reto es encontrar el tipo de ejercicio que más te guste y que puedas integrar a tu rutina, sin sufrimiento ni presión.
¿Qué te gustaba hacer cuando eras niñ@?
¿Bailabas, andabas en bicicleta, brincabas la cuerda con tus amig@s? Recuerda qué te encantaba hacer, eso te puede ayudar a implementar una nueva rutina de ejercicio.
Escucha tu cuerpo
Así como con la comida, una vez entiendas cómo los diferentes tipos de movimiento nutren tu cuerpo y tu mente, puedes armar tu plan de actividad física para darte el equilibrio que necesitas.
¿Te sientes débil y fuera de foco? Un ejercicio vigoroso para que tengas más energía puede ser una buena opción. ¿Qué tal una clase de kickboxing o una corrida?
¿Te sientes tens@? Tal vez una actividad suave como natación o yoga te pueda ayudar a relajar.
Muévete según tu personalidad
Si eres tranquil@ y te gusta estar solo, considera brincar la cuerda y tener un conjunto de pesas o bandas para que puedas moverte dentro de tu casa.
Si prefieres estar acompañad@ de un grupo de personas, te pueden funcionar mejor las clases grupales o deportes de equipo, que además promueven interacción y propósito.
Encuentra el horario que más te conviene
Así como algunas personas son más productivas en las mañanas y otras en la tarde/noche, para crear y mantener el hábito de hacer actividad física, considera en que parte del día te conviene más hacer tu ejercicio.
Piensa en tu conveniencia y comodidad
Busca un gimnasio, estudio u otro lugar donde puedas ejercitarte que sea cerca de tu casa o a camino de tu oficina, si es el caso. Es importante encontrar un lugar que te sea conveniente y donde el ambiente sea agradable, cómodo y acogedor. Esto aumentará tus posibilidades de ir regularmente.
Recuerda que la actividad física puede tener diferentes formas: (i) caminar hacia tu destino en lugar de irte en coche, (ii) subir las escaleras en lugar de tomar el elevador, (iii) llevar tus hijos y/o perros a pasear en el parque, o (iv) una caminata en tu colonia. Experimenta y encuentra una rutina que haga con que empieces a moverte y nutrirte todos los días.
Fuente: Institute for Integrative Nutrition